EL INTERFAZ FÍSICO – ETÉRICO

Esta estructura energética funciona de concierto con los mecanismos genéticos celulares que la biología molecular ha empezado a revelar gracias a las investigaciones de los últimos decenios. El cuerpo físico se halla interconectado con el cuerpo etérico, y además depende de él a tal punto que no puede existir sin él, ya que caería en la desorganización celular; y si el cuerpo etérico sufre alteración, no tardará en manifestarse la dolencia física.
Como se ha mencionado antes, el cuerpo etérico es de naturaleza material, y la materia de que se compone recibe el nombre de “materia etérica” o “materia sutil”. Es la sustancia de que están formados nuestros cuerpos energéticos superiores: de tal manera que la denominación de materia sutil viene a ser un término general que alude a todos los tipos de materia asociados a nuestras contrapartidas energéticas superiores o invisibles para nosotros. La única diferencia entre el cuerpo etérico y esos otros cuerpos superiores estriba en sus frecuencias características.
El cuerpo etérico no se halla totalmente separado del sistema físico, con el que mantiene interacciones. Existen canales específicos de intercambio de energía que admiten el flujo de información energética entre uno y otro sistema.
Uno de estos sistemas que a merecido recientemente la atención de los investigadores occidentales es el de los meridianos de acupuntura. Según las ancestrales tradiciones chinas, los puntos de acupuntura del cuerpo humano están dispuestos con arreglo a un sistema de meridianos no visibles, que circula en profundidad por los tejidos del organismo y que sirve de vehículo a una energía nutritiva invisible, a la que los chinos dan el nombre de “CH’i”. Esta energía Chi entra en el organismo por los puntos de acupuntura y fluye por los meridianos hacia las estructuras profundas y los órganos a los que aporta un alimento vital que es de naturaleza energética sutil. Los chinos creen que existen doce pares de meridianos, conectados en profundidad a sistemas orgánicos concretos en el interior del cuerpo humano. Y consideran que cuando se bloquea o se desequilibra el flujo de energía hacia los órganos, se producirá una disfunción del sistema orgánico afectado.
El sistema de los meridianos forma lo que podríamos llamar “el interfaz físico – eterio”. Informaciones bioenergéticas y energía vital Chi circulan entre el cuerpo etérico y el físico por medio de esa red especializada de meridianos.
Como se ha mencionado antes, el cuerpo etérico es de naturaleza material, y la materia de que se compone recibe el nombre de “materia etérica” o “materia sutil”. Es la sustancia de que están formados nuestros cuerpos energéticos superiores: de tal manera que la denominación de materia sutil viene a ser un término general que alude a todos los tipos de materia asociados a nuestras contrapartidas energéticas superiores o invisibles para nosotros. La única diferencia entre el cuerpo etérico y esos otros cuerpos superiores estriba en sus frecuencias características.
El cuerpo etérico no se halla totalmente separado del sistema físico, con el que mantiene interacciones. Existen canales específicos de intercambio de energía que admiten el flujo de información energética entre uno y otro sistema.
Uno de estos sistemas que a merecido recientemente la atención de los investigadores occidentales es el de los meridianos de acupuntura. Según las ancestrales tradiciones chinas, los puntos de acupuntura del cuerpo humano están dispuestos con arreglo a un sistema de meridianos no visibles, que circula en profundidad por los tejidos del organismo y que sirve de vehículo a una energía nutritiva invisible, a la que los chinos dan el nombre de “CH’i”. Esta energía Chi entra en el organismo por los puntos de acupuntura y fluye por los meridianos hacia las estructuras profundas y los órganos a los que aporta un alimento vital que es de naturaleza energética sutil. Los chinos creen que existen doce pares de meridianos, conectados en profundidad a sistemas orgánicos concretos en el interior del cuerpo humano. Y consideran que cuando se bloquea o se desequilibra el flujo de energía hacia los órganos, se producirá una disfunción del sistema orgánico afectado.
El sistema de los meridianos forma lo que podríamos llamar “el interfaz físico – eterio”. Informaciones bioenergéticas y energía vital Chi circulan entre el cuerpo etérico y el físico por medio de esa red especializada de meridianos.
EL CUERPO ASTRAL
El cuerpo astral está constituido de materia astral y esta es una sustancia sutil correspondiente a una frecuencia energética todavía más alta que la de la materia etérica.
El cuerpo astral es un componente de la multidimensional entidad humana total, que generalmente se halla superpuesto en el mismo lugar que la estructura física. El cuerpo astral está constituido de materia cuyas frecuencias energéticas quedan muy lejos de la gama de percepción de los sentidos humanos normales. Por cuanto la materia astral existe en una banda de frecuencia muy superior a la de la materia física y etérica, puede ocupar el mismo lugar que los cuerpos físico y etérico, coexistencia que establece un principio fundamental que podríamos llamar “el principio de coexistencia no destructiva”.
Es el que dice que materias de frecuencias diferentes pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo sin destruirse mutuamente.
El cuerpo astral, lo mismo que el cuerpo etérico, tiene también siete chakras principales, que son asimismo transformadores de energías. Los centros astrales son transmisores y receptores de energía astral, que se multiplica antes de pasar a los chakras etéricos en donde, a través de los nadis, se traducen en funciones nerviosas y glandulares.
El cuerpo astral está vinculado a la expresión emocional, los chakras astrales suministran las energías a través de la cual, el estado emocional de una persona favorece o perjudica su salud.
El cuerpo astral está considerado como la sede de las emociones humanas.
El cuerpo astral ha sido llamado también cuerpo de los deseos, la sede de los apetitos y los deseos sensuales, los anhelos, los estados de ánimo, los sentimientos, las codicias y los temores. El miedo es una de las energías astrales que más afectan.
Las energías astrales repercuten sobre el cerebro físico y el sistema nervioso a través de sus vínculos sutiles con el cuerpo etérico y sus interconexiones con el cuerpo físico. El cuerpo astral funciona también como vehículo de la conciencia que puede existir separada del cuerpo físico, aunque conectado con él. La movilidad de la conciencia individual le permite desplazarse gracias la mediación del cuerpo astral cuando el cuerpo físico se halla inactivo o dormido.
La proyección astral es la proyección de la conciencia del individuo fuera de su soporte físico y mediante su vehículo astral de expresión. Durante la vida el cuerpo astral está conectado con el cuerpo físico por una especie de “cordón de plata”, en el instante de la muerte física dicho cordón se corta y el soporte físico – etérico queda abandonado a la descomposición.
Durante el sueño los humanos abandonan sus cuerpos físicos y viajan por los dominios astrales, con cuyos elementos y habitantes se relacionan.
Es el que dice que materias de frecuencias diferentes pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo sin destruirse mutuamente.
El cuerpo astral, lo mismo que el cuerpo etérico, tiene también siete chakras principales, que son asimismo transformadores de energías. Los centros astrales son transmisores y receptores de energía astral, que se multiplica antes de pasar a los chakras etéricos en donde, a través de los nadis, se traducen en funciones nerviosas y glandulares.
El cuerpo astral está vinculado a la expresión emocional, los chakras astrales suministran las energías a través de la cual, el estado emocional de una persona favorece o perjudica su salud.
El cuerpo astral está considerado como la sede de las emociones humanas.
El cuerpo astral ha sido llamado también cuerpo de los deseos, la sede de los apetitos y los deseos sensuales, los anhelos, los estados de ánimo, los sentimientos, las codicias y los temores. El miedo es una de las energías astrales que más afectan.
Las energías astrales repercuten sobre el cerebro físico y el sistema nervioso a través de sus vínculos sutiles con el cuerpo etérico y sus interconexiones con el cuerpo físico. El cuerpo astral funciona también como vehículo de la conciencia que puede existir separada del cuerpo físico, aunque conectado con él. La movilidad de la conciencia individual le permite desplazarse gracias la mediación del cuerpo astral cuando el cuerpo físico se halla inactivo o dormido.
La proyección astral es la proyección de la conciencia del individuo fuera de su soporte físico y mediante su vehículo astral de expresión. Durante la vida el cuerpo astral está conectado con el cuerpo físico por una especie de “cordón de plata”, en el instante de la muerte física dicho cordón se corta y el soporte físico – etérico queda abandonado a la descomposición.
Durante el sueño los humanos abandonan sus cuerpos físicos y viajan por los dominios astrales, con cuyos elementos y habitantes se relacionan.
EL CUERPO MENTAL
El primero de los cuerpos sutiles cuya banda de frecuencia se sitúa más allá del cuerpo astral es el llamado cuerpo mental inferior. Está formado por materia de una frecuencia más alta que la materia astral. Al cuerpo mental inferior se le atribuye ser el vehículo por medio del cual se manifiesta el Yo y se expresa concretamente el intelecto. El cuerpo mental inferior mantiene su correspondencia a través de chakras que lo ponen en relación con la forma física. Para que la energía del dominio mental pueda ejercer sus efectos sobre lo físico debe producirse una especie de efecto en cascada. Existen unas formas energéticas de sustancia sutil denominada “formas de pensamiento”; en el plano astral estas asumen las formas de pensamiento emotivo. Al nivel mental puede representarlas ideas que un individuo ha elaborado. El cuerpo mental cuando funciona correctamente es lo que le permite pensar con claridad y enfocar sus energías mentales con decisión, vigor y claridad. La curación de una persona en el plano mental es más fuerte y produce resultados más duraderos que la actuación en los planos astral o etérico.
En el escalón superior encontramos el vehículo llamado cuerpo mental superior. Está más próximo a nuestro Yo Superior. Está compuesto de sustancia sutil, pero de una frecuencia vibracional todavía más alta que la del cuerpo mental inferior. Mientras el cuerpo mental inferior se dedica más bien a crear y transmitir al cerebro ideas y pensamientos concretos que luego se expresarán y manifestarán en el plano físico, el mental superior se ocupa del sector de ideas y pensamientos abstractos.
El cuerpo mental superior es un mundo de realidad, ya no es cuestión de emociones, ideas ni concepciones, sino de la esencia y la naturaleza subyacente de la cosa que se considera
El cuerpo mental superior es un mundo de realidad, ya no es cuestión de emociones, ideas ni concepciones, sino de la esencia y la naturaleza subyacente de la cosa que se considera